martes, 8 de julio de 2008

mariposa macho y mariposa hembra

Generalmente, el lenguaje refleja el sexo de las personas y animales; de modo que un escritor es de sexo masculino y una escritora es de sexo femenino, un león es un felino macho y una leona su par hembra. En estos casos, la gramática y la realidad tienen una obvia correspondencia.
La mayor parte de sustantivos tienen género masculino o femenino, y esta diferencia se da a través de dos formas:
a) con cambios morfológicos, si solo varían en sus terminaciones: señor y señora, panadero y panadera, gallo y gallina, etc., o
b) con cambios léxicos, si los nombres para el masculino y el femenino son totalmente diferentes: varón y mujer, toro y vaca, caballo y yegua, etc.
Pero cabe indicar que los géneros masculino y femenino son detalles que pertenecen únicamente al lenguaje y –como claramente explica Álex Grijelmo (2006:102-103)– al ser el género un fenómeno gramatical, “el género no siempre coincide con el sexo, y funciona al margen de esa condición biológica. El sexo forma parte de la realidad real (…); pero el género forma parte de la realidad gramatical.”
Efectivamente, existen sustantivos denominados “epicenos” (del latín epicoenus, común), cuya forma invariable para el masculino y el femenino sirve para referirnos por igual a seres de ambos sexos. Si alguien dice que ‘una persona salvó a una criatura de ser víctima de la picadura de un insecto’ no nos precisa si el protector fue un varón o una mujer, ni si la criatura fue niño o niña, ni tampoco si el insecto fue macho o hembra.
Un grupo de sustantivos de género común lo integran aquellos cuyo masculino o femenino solo se indica al agregar el artículo respectivo, como en el artista y la artista; se suman: bebé, adolescente, joven, cantante, pianista, huésped, homicida, ayudante, dentista, etc.
Luego, encontramos un gran grupo de sustantivos epicenos referidos a animales. Si bien existen los masculinos y femeninos de animales domésticos como gato y gata, perro y perra, y de aquellos cuya crianza permite el desarrollo de una actividad económica, como toro y vaca, carnero y oveja; existe una mayoría de animales que no hemos diferenciado su sexo con un cambio morfológico o lexical.
Esta imprecisión del sexo de los animales mediante el género masculino o femenino se aplica a especies que no han sido domesticadas o cuyo sexo es difícil de identificar. ¿Cómo distinguir si la mariposa que está volando en el jardín es macho o hembra? Y si se puede determinar su sexo, es aquí donde viene a nuestro auxilio el adjetivo correspondiente, y tendremos una mariposa macho o una mariposa hembra; lo mismo ocurriría si distinguimos una ballena macho de una ballena hembra, una serpiente macho de una serpiente hembra. La lista de animales con género epiceno es larga: mosca, pulga, cucaracha, lagartija, camello, cebra, jirafa, ardilla, hormiga, pez, pelícano, hipopótamo, etc.
El periodista costarricense Fernando Díez hace notar que el diccionario de la RAE en su 21ª edición, extrayendo dos especies animales del grupo de epicenos, ha incorporado el macho de rata como rato, y el macho de rana, como rano. Y con respecto al primer nuevo sustantivo, advierte: “En lo sucesivo, cuando los inviten a pasar un buen rato, analicen cuidadosamente la propuesta.” Y luego bromea sobre el método para diferenciar el sexo de las ranas: “las verdes y simpáticas ranitas, que animan el paisaje veraniego con su monótono croar, poseen su rano. Que ¿cómo se distinguen? Muy fácil. Lance una piedra a un estanque lleno de estos batracios. Las que huyan asustadas son ranas, los que huyan asustados son ranos. No hay modo de equivocarse.”

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Díez Losada, Fernando (2006) “Palabras y animales” En: http://www.pulso.org/Espanol/Idioma/guardian28.htm
Grijelmo, Álex (2006) “La gramática descomplicada” México: Taurus-Santillana.

3 comentarios:

Javier Ruiz dijo...

Hola buenos días... Te felicito... Me podrías decir cual es el femenino de piajeno ( burr)

Javier Ruiz dijo...

Piajeno es un sinónimo de burro en Piura

Anónimo dijo...

grash