martes, 8 de julio de 2008

tacutacu y otros afronegrismos

Durante la colonización europea de América del Sur, fueron traídos en condición de esclavos grandes grupos de africanos. En el Perú, como en Brasil y El Caribe, estos inmigrantes forzados se dedicaron a la agricultura, adaptando su cultura y sus lenguas al nuevo entorno.
Fernando Romero, historiador y marino, al contrastar diversos diccionarios y expresiones vivas por todo el continente, en 1988 publicó un registro de aproximadamente 400 palabras de posible origen o influencia africanos, empleadas en el litoral peruano. De su glosario de afronegrismos, extraemos una pequeña muestra:

bolondrón. De frecuente uso en el lenguaje familiar. Esta palabra, o su variante ‘molondrón’, se usa desde las Antillas al Río de la Plata. Su acepción de “suma considerable de personas, bienes o cosas”, probablemente derive de los vocablos africanos bólo ‘maleza, monte’ (reunión de vegetales en cantidad), boloka, bolola ‘abundancia, exceso’, bulolo ‘gran cantidad’ y móolo ‘desarrollar, crecer mucho y bien’. En lengua kimbundu, mulundum es ‘montón de cosas’. En Puerto Rico, bululu es ‘alboroto, escándalo’. En Venezuela, molondrón es ‘atado, paquete, lío’, significados que corresponden a bundu, vocablo de la lengua mandé.

¡bundungún! Exclamación que proviene del kikongo bundungu-bundungu que significa ‘imitación del ruido que hace una persona gruesa y grande’ (al desplazarse, según supone Romero).

cau cau. “Vianda hecha de panza de las reses.” Considerando errónea la derivación etimológica que se ha hecho del quechua, el autor propone los vocablos del kikongo: kutu es ‘vientre, estómago’; kuta es ‘rumiar, tascar’; kaú es ‘parte, porción, lote, contribución, cotización, ofrenda, donativo, cuota’; y plantea: “Si se plantea lo que podría llamarse artificio etimológico, se puede reunir elementos que quizás permitan describir indirectamente la vianda de que se trata, que cuando la comemos masticamos lo que sirve para rumiar, ya que está preparada a base de pequeños trozos del estómago de un animal y es este órgano el que regurgita el bolo alimenticio cuando los rumiantes tragan. Al swahili, por otra parte, se ha incorporado un término parecido al peruanismo, que expresa mediante la repetición de la voz una continuidad en el fenómeno. Se trata de keu, ‘rumiar el alimento que mastican por segunda vez los rumiantes’”.

humita. Aunque registrado por varios autores como un peruanismo de origen quechua, el autor plantea el posible cruce de este quechuismo con un elemento afronegro. “En el Brasil se encuentran unas gachas muy espesas, hechas de harina de maíz, desleídas en agua, que presentan características similares a nuestra humita. Suelen ser dulces (lo cual no era nada común en el Perú prehispánico pero sí muy frecuente en el África azucarera del siglo XV) y en tal caso se llama acassá. Pero también se hacen saladas, las que se denominan aberem […].. A los indicios que se acaban de mencionar se añade otro de carácter lingüístico que está relacionado con el hecho de que la humita, cuyo nombre llevaron los españoles a su país, era sometida a un procedimiento de secado y es en esta forma que la presenta el diccionario de la Academia […]. Esto da qué pensar. Yuma (=i-uma) se refiere a kikongo a un ‘alimento’ y también es ‘algo que se seca’.”

mandinga. Desde el siglo XVIII se registró con el significado de ‘demonio’ y así lo empleó, por ejemplo, Ricardo Palma. Resulta que en África existió el imperio de los 'mandinkas' o 'mandingos', cuyo poderío se elevó en el siglo XIV. Cuando los descendientes de este reino fueron esclavizados por los europeos y traídos a América, se les nombraba como mandingos y derivó en su femenino. Las prácticas fetichistas de estos africanos hizo de ‘mandinga’ sinónimo de ‘brujería’.

mucama. En la lengua kimbundu, existe la palabra mukama. Corominas registraba su uso en Brasil, pero desconocía su origen. Hollanda Ferreira anota que ‘era la esclava escogida para ayudar en los servicios caseros o servir de compañía, siendo a veces ama de leche’.

tacutacu. Se conoce que grupos africanos en América denominaron algunos alimentos como fufú, tontón, tum-tum, plan-plan. Recordemos que el Perú tuvo abundancia de congo-angoleses. Respecto a tacutacu, en la lengua efik, la palabra n’tak significa ‘algo que se deja’; en swahili, taktaka es ‘deshecho, desperdicio, cosa que no vale nada’, acepción similar en el kikongo de El Salvador. Laman, en su diccionario, anota táku como parte trasera del hombre o animal, y taka-taka es el manjar hecho con bananas, maní y aceite de palmas, y con el mismo nombre designa una pasta de maní y de carne o pescado. Taka es ‘escoger lo mejor, seleccionar, archivar, distinguir’. Señala Romero: “Esta última acepción no es tan interesante como las anteriores; pues el tacutacu de hoy parece que entre nosotros se identifica con el calentau matinal que se prepara con los restos, los sobrantes del día precedente, por lo cual quizás le corresponda un nombre peyorativo como las voces que hemos mencionado”.

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Romero, F. (1988). Quimba, fa, malambo, ñeque. Afronegrismos en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. Serie: Lengua y sociedad, 9.

2 comentarios:

Jorge Isaac Pazos Aragón dijo...

Es interesante que en el Estado de Veracruz hay un pueblo llamado Mandinga, muy interesante la información, Gracias

Jorge Isaac Pazos Aragón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.